El fenómeno de la despoblación

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La actual realidad demográfica nos invita a reflexionar sobre la tendencia de la población a trasladarse a las grandes ciudades en busca de oportunidades. Eso provoca que numerosos municipios y regiones queden vacías de personas, empresas y servicios.

La pandemia causada por el coronavirus ha puesto de manifiesto las debilidades del modelo de desarrollo que nos han imbuido desde siempre. Ciudades convertidas en pseudo jaulas donde todo ocurre tan rápido que gran parte del tiempo vamos en piloto automático.

La sensación de saturación, que se ha agudizado en el periodo de confinamiento, ha cambiado sin lugar a dudas la percepción que tenemos de cuales son realmente nuestras prioridades y de las oportunidades que se nos brindan en el disfrute de la naturaleza y del mundo rural.

En este nuevo marco y en el ámbito profesional y empresarial surgen nuevas preguntas: ¿Cómo reinventarse tras la crisis del Covid-19? ¿Es el momento de aventurarse en un negocio? ¿Dónde se vislumbran las oportunidades? ¿Se puede sacar provecho de esa necesidad de “salir” del confinamiento al que los ciudadanos se han visto sometidos? La respuesta puede estar en el emprendimiento rural, donde se abren nuevos horizontes que nos ofrece ventajas que quizás han pasado desapercibidas para muchos.

En este momento clave de nuestra historia, se van a empezar a generar nuevas oportunidades en pequeñas localidades donde hasta ahora solo se hablaba de agricultura y de ganadería tradicional o de pequeños negocios, de demanda exclusivamente local o de paso.

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Hay multitud de entornos por explorar, con ideas nuevas, o con otras que ya hayan tenido éxito en otros lugares pero que todavía no han surgido en nuestro paraíso particular. Hay por tanto menos competencia, pero es que aunque la haya, y nunca mejor dicho, hay campo para todos. Se crean sinergias allí donde surgen actividades similares o complementarias. Además, emprender en el mundo rural tiene muchas particularidades, pero sobre todo ventajas. Empezando por la inversión inicial, que en caso de ser precisa, suele ser menor que en la ciudad: vivienda, local comercial, nivel de vida… son más asequibles en los entornos rurales, lo que hace que nuestro negocio parta con ventaja y que las economías de escala no sean tan fundamentales en los comienzos, precisando menos ingresos para conseguir que nuestro negocio sea rentable desde el primer momento. No es un mito hablar de una “España despoblada”. Es demasiado frecuente encontrar noticias y relatos de pueblos con escasos habitantes y, por tanto, infraestructuras que alteran e incluso, limitan, a las actividades más esenciales de la vida diaria, como puede ser comunicarse o simplemente, realizar una compra. La Región de Murcia no es un caso aparte. En la actualidad, varios territorios se ven afectados por este fenómeno y la falta de infraestructuras imposibilitan el crecimiento y la conexión de los mismos con el mundo. No es un mito lo que estamos viviendo. Hay soluciones en forma de personas y estrategias que pueden cambiar esta tendencia. Todos estos problemas detectados, encuentran solución en diferentes soluciones que de forma integral, componen una estrategia definida para el desarrollo rural en la Región de Murcia.