El fenómeno de la despoblación
La actual realidad demográfica nos invita a reflexionar sobre la tendencia de la población a trasladarse a las grandes ciudades en busca de oportunidades. Eso provoca que numerosos municipios y regiones queden vacías de personas, empresas y servicios.
La pandemia causada por el coronavirus ha puesto de manifiesto las debilidades del modelo de desarrollo que nos han imbuido desde siempre. Ciudades convertidas en pseudo jaulas donde todo ocurre tan rápido que gran parte del tiempo vamos en piloto automático.
La sensación de saturación, que se ha agudizado en el periodo de confinamiento, ha cambiado sin lugar a dudas la percepción que tenemos de cuales son realmente nuestras prioridades y de las oportunidades que se nos brindan en el disfrute de la naturaleza y del mundo rural.
En este nuevo marco y en el ámbito profesional y empresarial surgen nuevas preguntas: ¿Cómo reinventarse tras la crisis del Covid-19? ¿Es el momento de aventurarse en un negocio? ¿Dónde se vislumbran las oportunidades? ¿Se puede sacar provecho de esa necesidad de “salir” del confinamiento al que los ciudadanos se han visto sometidos? La respuesta puede estar en el emprendimiento rural, donde se abren nuevos horizontes que nos ofrece ventajas que quizás han pasado desapercibidas para muchos.
En este momento clave de nuestra historia, se van a empezar a generar nuevas oportunidades en pequeñas localidades donde hasta ahora solo se hablaba de agricultura y de ganadería tradicional o de pequeños negocios, de demanda exclusivamente local o de paso.