Si tuviéramos que definir el grado de digitalización hablando de velocidades, podríamos hacerlo así: en la Región de Murcia hay personas que se conectan con fibra óptica, otras lo hacen por línea telefónica o a través de redes inalámbricas. Pero muchas otras personas tienen que conectar su teléfono al ordenador para acceder mediante datos o, simplemente, irse a la biblioteca municipal o, incluso, a otro pueblo a consultar el email todos los días. ¿Y así cómo es posible montar un negocio o tener una idea de proyecto en determinados lugares de la Región de Murcia?
En un informe de Cobertura de Banda Ancha publicado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital recogidos por Eurona, un 4,75% de la población murciana (más de 70.200 personas) continúa sin acceso a Internet de al menos 30 Mbps de velocidad a través de redes terrestres. Esto es a lo que llamamos brecha digital. Murcia se sitúa en cuarta posición nacional detrás de Canarias, Baleares y Extremadura. En este estudio se puede observar que a nivel nacional la banda ancha no llega a un 5,72% de la población (siendo casi 3 millones de personas), pero se agrava de forma muy evidente en las zonas rurales donde este porcentaje se incrementa hasta el 13,4%.
El mundo rural y su desarrollo necesitan de infraestructuras que posibiliten la verdadera digitalización de los negocios, porque la Transformación Digital viene acompañada de una revolución tecnológica para la que hay que estar preparados. De nada va a servir que podamos obtener subvenciones y fondos para nuestros proyectos emprendedores, sin que exista la tecnología suficiente para poder desempeñar las labores necesarias para obtener retorno después de la primera inversión por parte del emprendedor.
Brecha digital es un concepto que habla del uso de las TIC (Tecnología de la información y comunicaciones) como parte rutinaria de nuestra vida y que diferencia a estas personas de aquellas que no tienen acceso a las mismas y que, aunque las tengan no saben cómo utilizarlas. Es ahí donde viene la segunda reflexión y que tiene una consideración meramente práctica. Si no tenemos formación para poder digitalizarnos, posiblemente lo que tengamos es un ordenador muy bonito en la mesa de nuestro despacho. Porque en el fenómeno que nos ocupa también hay que tener en cuenta la edad de las personas, sus estudios, su contexto socioeconómico y el acceso que tienen a estas tecnologías. Cada vez más son las barreras que se rompen en cuanto a estos factores, pero hay algunos que se han evidenciado con esta pandemia Covid-19.
En el informe sobre la inversión realizada en la Región para mitigar la Covid, presentado recientemente por la Plataforma de Infancia y Política Watch, la educación digital que reciben los alumnos murcianos no logra convencer a los padres. En un 59% de la población encuestada en la Región de Murcia, reflexiona que la formación ‘online’ en su centro es regular o deficiente. La brecha digital afecta, según este informe, al 20% de los estudiantes, debido a sus menores posibilidades económicas.
Existen proyectos en la actualidad que quieren paliar la situación de distintos colectivos si hablamos de brecha digital. Por ejemplo, la Fundación Cepaim capacita a mujeres vulnerables en el uso de las TIC para evitar situaciones de aislamiento social, desarrollándose entre el municipio de San Javier, Torre Pacheco y Murcia.
Son iniciativas que buscan resolver situaciones que limitan y, a veces, hasta excluyen a personas de determinados ámbitos del acceso a internet. Todavía existen puntos tanto en la zona rural de la Región como en la Costa Cálida, donde es muy complicado realizar una videollamada con los requerimientos mínimos para poder participar en una reunión o realizar una entrevista en directo en algún medio. Y eso es un verdadero problema.
Si los negocios no pueden contactar de forma efectiva con los clientes, si los clientes no perciben unas condiciones mínimas de calidad para realizar sus compras, entonces el proceso de venta se hace casi imposible. Cuando un emprendedor no puede realizar una entrevista en un programa de televisión, entonces también está perdiendo una oportunidad para dar a conocer su negocio y, por tanto, la marca de calidad de la Región de Murcia.
Muchas veces hablamos de datos, pero detrás de los datos están las personas. Los mismos que consideran que están listos para dar un salto y que ponen todo de su parte. La parte tecnológica en los que tiempos que corren, no puede ser un hándicap a la hora de montar una empresa. Si la elección de un municipio u otro para ubicar la sede social va a depender de factores como este, entonces estaremos propiciando que el fenómeno, ya existente de la “España despoblada”, siga su curso. Por eso hay que seguir pidiendo y concienciando a las administraciones competentes, que la tecnología es el asiento que tienen las empresas que nacen como las que siguen luchando, para poder crecer.
Sin tecnología no es posible avanzar y, la Región de Murcia necesita seguir transformándose y creer en la recuperación desde la implantación de infraestructuras, la transferencia de conocimiento a través de una formación práctica y la fijación de población al territorio mediante oportunidades. Todo ello está basado en el manejo y control de las TIC. Y en la intención de apostar decididamente en la Transformación Digital del Mundo Rural.
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Álvaro Carmona López
Project Manager Acento Rural